Milenio | Francisco Piña.
El panorama para la inversión luce más alentador este segundo semestre del año, con la campaña de vacunación más avanzada, una recuperación gradual de la economía y los beneficios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Sin embargo, está sujeto a diversos riesgos, el más importante es que la pandemia y sus efectos sobre la economía se prolonguen por más tiempo. Otro factor que será determinante son las políticas gubernamentales, que han generado incertidumbre entre los hombres de negocios, señala Federico Rubli, consultor de MAAT Asesores.
“Mientras la población no esté 100% inmunizada, la incertidumbre entre los inversionistas prevalecerá y la economía va a mantener una recuperación lenta”, dice Federico Rubli. A la economía mexicana le urge crecer y una opción para lograrlo es la llegada de nuevas inversiones.
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Con cautela
Jorge Molina Larrondo, especialista en políticas públicas y comercio internacional del Tec de Monterrey, señala que estos datos se deben ver con cautela, ya que la mayoría de la IED se concentró en reinversión de utilidades, es decir, se destinó a mantener y volver “a echar a andar” las inversiones que ya se encontraban instaladas en el país.
“No vemos nuevos proyectos, estas cifras nos muestran que se invierte lo que ya existe y en el stock de capital que se vio afectado por la pandemia, sigue habiendo mucha incertidumbre para recibir nuevos capitales, los inversionistas todavía tienen presente lo que le pasó a Constellation Brands con su cervecería en Mexicali y ‘la bronca’ que representan
José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), opina lo mismo que Molina y apunta que “el problema es que el país no ha logrado generar nuevos diferenciales productivos que hagan atractiva la llegada de nuevas inversiones. Lo que predomina es la reinversión de utilidades, las empresas 10.0 establecidas en México desde hace varios años reinvierten esos beneficios. Ya no toman riesgos adicionales”. Molina también destaca la necesidad de una política industrial nacional que genere certeza y confianza para que nue- vas empresas vuelvan a ver atractivo al país y, así, aumente no solo la IED, sino también la llegada de nuevos capitales y empresas a sectores ya consolidados —manufacturas y servicios— y a nuevos nichos como el eléctrico y la electrónica. Continuar leyendo […]