Por: Rolanco Cordera Campos | Publicado en El Financiero.
La información es contundente: por más de un año la industria en su conjunto ha decrecido y las manufacturas han acentuado su caída. No se trata de sectores marginales o de salida de nuestra estructura productiva y económica en general. Tales desplomes se dan en un contexto abigarrado de concentración del progreso técnico y de los frutos de la productividad donde predomina una heterogeneidad que el libre comercio y la competencia supuestamente iban a desterrar del horizonte mexicano.
Esos descensos, además, nos remiten a configuraciones históricas que podrían marcar el futuro económico del país; sobre todo, su lugar en la economía regional que pueda surgir después de la drástica caída actual y de la que se extenderá tortuosamente en el tiempo, porque lo que se juega es mucho más que el sube y baja de una recuperación “normal”. Tal es la detallada crónica que el Instituto de Desarrollo Industrial y Crecimiento (IDIC) nos ofrece en su Voz de la Industria más reciente dedicada a examinar las fragilidades mexicanas y no solo las que aquejan a la industria. Continuar leyendo […]