La industria automotriz mexicana avista una lenta recuperación tras la reapertura

El País.- Planta de BMW en San Luis Potosí, durante la inauguración en junio de 2019. GETTY

El País | Jon Martín Cullell

La industria automotriz mexicana arranca atragantada por el coronavirus. Pese a la reapertura, 2020 será un mal año, el peor desde la crisis de 2009, debido al desplome de ventas en México y Estados Unidos, principal destino de las exportaciones. El sector y los expertos consultados prevén una caída de alrededor del 25% en la producción para este año y una recuperación lenta por la incertidumbre que rodea la duración de la crisis. La inminente entrada en vigor del nuevo tratado comercial de Norteamérica, el T-MEC, ayuda a calmar, aunque no disipa, el nerviosismo de este importante pilar de la economía mexicana.

Tras dos meses de cierre, las fábricas mexicanas de automóviles y autopartes han reabierto esta semana. La reapertura se da en medio de estrictos protocolos sanitarios y con los motores a medio gas. En un primer momento, el sector operará a una capacidad de entre el 30% y el 50%. La posibilidad de incrementarla estará sujeta a las restricciones sanitarias impuestas por los Gobiernos estatales, temerosos de un incremento de los contagios, pero sobre todo al apetito del consumidor a ambos lados del Río Bravo.

La matriz mexicana de Volkswagen, presente en el país desde hace más de medio siglo, asegura, en respuesta a preguntas de este periódico, que la recuperación “dependerá de tres factores: la situación sanitaria, la robustez de la cadena de valor y la demanda de los mercados”. El 15 de junio retomarán operaciones con un 30% del personal. La fábrica de BMW en San Luis Potosí, inaugurada hace justo un año y que exporta la práctica totalidad de su producción a EE UU, es igualmente cauta. “Actualmente no es posible prever ni especular acerca de la recuperación de los mercados a nivel global. Estamos reiniciando la producción de acuerdo con la demanda específica y supervisaremos de cerca el desarrollo del mercado para responder con flexibilidad según sea necesario”, afirma la empresa a este diario.

México, cuarto exportador automotriz del mundo, vende el 88% de su producción al extranjero y, de esa cantidad, el 77% se envía a EE UU. El volumen ya iba a la baja antes de la irrupción del coronavirus por la desaceleración económica global. Con la pandemia, el frenazo de la locomotora estadounidense se ha agrandado. Más de 42 millones de personas se han quedado sin empleo desde el inicio de la crisis, una cifra inédita desde la Gran Depresión. Las importaciones desde México cayeron un 47% en abril respecto a marzo, el mayor golpe desde los años 80, y las compras vinculadas a la industria automotriz se situaron en el menor nivel desde 2009, según datos publicados este jueves por el Gobierno de EE UU.

Los expertos auguran una vuelta a la normalidad que puede durar años. “Prevalecen condiciones de bajas ventas que no se van a solucionar rápidamente”, afirma el economista José Luis de la Cruz. Continuar leyendo […]

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