Precarización del empleo, el consumo y la inversión, tres dimensiones de un desequilibrio

Voz de la Industria Vol. 8 N° 190

La historia comenzó con la caída de la inversión; la ausencia de una política económica, promotora de la misma, condicionó el bajo desempeño del sistema productivo nacional:

  • La inversión fija bruta exhibió una variación promedio de únicamente 0.9% en 2018.

El nulo crecimiento del PIB fue la consecuencia de la ausencia de inversión y representa una realidad que sintetiza la compleja situación que vive la economía nacional y permite entender su consecuencia social: la precarización del mercado laboral.

  • En diciembre pasado el IMSS presentó la reducción de (-) 382 mil empleos formales, el mayor retroceso en una década y lo cual propició una caída de (-) 36.4 mil trabajadores en los primeros 13 meses del sexenio:
    • Si bien 2019 terminó con un aumento en el número total de trabajadores afiliados ante el IMSS, esa variación no pudo compensar la merma observada en diciembre del 2018: (-) 378.6 mil.
    • Por tanto, la economía nacional no ha logrado compensar la pérdida de empleo formal contabilizada en diciembre del 2018 y el mismo mes del 2019.

La precarización del mercado laboral tiene una implicación directa sobre el bienestar de las familias mexicanas: la baja creación de empleo formal propicia el crecimiento de la informalidad y disminuye la capacidad de consumo:

  • En los primeros diez meses del 2019 el aumento promedio del consumo privado fue de 1%:
    • Básicamente se tiene un incremento inferior al correspondiente al de la población, por tanto, hay una caída en términos per cápita.
  • Como referencia, entre el 2010 y el 2018 la variación promedio fue de 2.9%

Por tanto, las primeras cifras del 2020 comienzan a mostrar el resultado macroeconómico sobre el que se reflexionó ampliamente durante el 2019: la recesión de la industria y de la economía en general tuvo como antecedente la debilidad de la inversión:

  • La consecuencia ha llegado al empleo formal y por tanto al consumo, en otras palabras, al bienestar de las familias mexicanas. Desafortunadamente, la tendencia negativa de la inversión permite establecer que aún no se ha tocado fondo (gráfica 1).  

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Gráfica 1 – Fuente IMSS.

Documento

VozIndustria-20200113-Vol-08-Num-190-Precarizacion-del-empleo-el-consumo-y-la-inversion-tres-dimensiones-de-un-desequilibrio-v2


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