T-MEC, industria y empleo

Por: José Luis de la Cruz | Publicado en El Sol de México.

La semana pasada México vivió las consecuencias de la inercia. Después de semanas de intensa presión, los tres países de América del Norte suscribieron un nuevo acuerdo que busca darle una segunda oportunidad de vida al T-MEC.

Ahora la aprobación final se encuentra en el terreno de la disputa política que se vive en Estados Unidos y del astuto manejo que se le da en Canadá.

La renegociación incluyó cambios que eran de interés tanto para el presidente Donald Trump como para el partido demócrata: modificaciones en la supervisión del mercado laboral y mayor contenido regional en el sector automotriz representan aspectos que tendrán efectos significativos sobre el rumbo de la economía mexicana.

Sin un cambio en la estrategia de política económica, México tendrá dificultades para aprovechar las nuevas condiciones: para enfrentar ambos temas, el país deberá comprender que la lógica de comercio internacional es insuficiente, se debe aplicar una política industrial integral moderna, orientada a la innovación tecnológica, educación de alta calidad, financiamiento a los sectores estratégicos que están delimitados en el T-MEC y una política fiscal de fomento orientada a la incubación y aceleramiento de nuevos diferenciales productivos para sustituir las importaciones de otras regiones que Estados Unidos busca restringir. Se requiere una nueva base industrial que pase de la maquila a la manufactura avanzada.

Sin una visión de largo plazo México quedará expuesto a recibir los efectos de los cambios, particularmente ahora que Estados Unidos y China llegan a los primeros entendimientos en su disputa geoeconómica.

El tiempo corre en contra de la segunda economía de América Latina. La nación sigue a la zaga de la Cuarta Revolución Industrial: el 95% de las unidades productivas en México sigue operando con una infraestructura tecnológica y administrativa del siglo XX.

Además, está la recesión industrial que acumula 13 meses seguidos de caída y cuya tendencia sigue siendo adversa para el desarrollo socioeconómico de México.

La debilidad industrial abarca la mayor parte de sus componentes: durante octubre pasado el sector cayó (-) 2.8 por ciento a tasa anual. La construcción retrocedió (-) 8.9 por ciento, la manufactura (-) 1.2 por ciento y la minería (-) 2.1 por ciento. Continuar leyendo […]

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