Los desafíos globales y de crecimiento nacional en tiempos de cambio

Por: Mauricio de María y Campos | Publicado en El Financiero.

In memoriam de Rodolfo Tuirán, gran académico y funcionario público mexicano

Las sociedades y las economías se encuentran en medio de difíciles encrucijadas. México también.

La globalización experimenta una crisis de desarrollo, equidad y sustentabilidad desde hace varias décadas. En el último medio siglo no ha dado respuesta a las exigencias del crecimiento productivo y el empleo, mucho menos a los desafíos distributivos de la riqueza y el ingreso y al gran reto del cambio climático. La democracia y los partidos políticos pierden credibilidad.

El horizonte está lleno de nubarrones y presagios de tormenta.

Todo el progreso tecnológico y las buenas intenciones y promesas no han conducido a mayores niveles de prosperidad y bienestar compartido en el mundo. La crisis económica del 2008 no ha sido superada por los EUA y Europa, ni por los países que giramos en su órbita. Las medidas macroeconómicas y financieras adoptadas han acarreado recuperaciones parciales y temporales del crecimiento y empleo en los países occidentales, pero no se han hecho las rectificaciones necesarias, ni se ha detonado un nuevo curso incluyente y sustentable de desarrollo económico mundial.

Por el contrario, las crisis persisten y se expanden. La conflictiva de las migraciones internacionales es una buena muestra. Los EUA y otros países se envuelven en un juego cada vez más egoísta y solitario. Se encierran en sus propios castillos, pensando que tal vez así eviten y conjuren su deterioro y su eventual derrumbe.

La reciente Cumbre del G-7 fue la mejor evidencia de que las grandes economías de la posguerra mundial, están atrapadas en un dilema global, regional, nacional y sub-nacional, en que cada país atiende su juego y trata de sobrevivir entre las olas agitadas del mar y las incursiones cada vez más frecuentes en sus fronteras de buscadores de sueños. A falta de un nuevo y pertinente multilateralismo, los EUA de Trump, Europa y Japón acaban de mostrar en Biarritz que el G-7 es una reliquia del pasado y está dando sus últimos suspiros. Su participación ha descendido del 70 al 40% del PIB Mundial, mientras la inversión, el empleo productivo, las exportaciones y el desarrollo tecnológico se trasladan cada vez más a China, India y otros países emergentes, que no estamos invitados a la mesa más que de refilón, al gusto y capricho de los “7 Magníficos”. Los EUA de Trump dan la impresión de ser el gran dinosauro enfermo, dando coletazos frente al cada vez más imponente dragón chino. Continuar leyendo […]

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