Expansión | Cristóbal Martínez Riojas.
El acuerdo que pone fin a la disputa entre empresas constructoras de gasoductos —entre ellas, una de Carlos Slim— y el gobierno de López Obrador abre el camino para disipar algunas de las nubes negras que empañaban las perspectivas de crecimiento de la economía mexicana, hoy sumida en el estancamiento. Pero los efectos no se verán de inmediato.
«No se podría esperar que eso tenga un impacto en el crecimiento este año, porque depende de otros factores. Me parece que abre la posibilidad para que, el año que entra, algunos proyectos que estaban detenidos puedan empezar a manejarse, y evidentemente, a partir de eso, favorecer un mejor desempeño de la economía. Pero ya para 2020 y para años subsecuentes. En éste ya es muy complicado que tenga algún impacto”, dice José Luis de la Cruz, del IDIC (Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico). Continuar leyendo […]