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A un año de su triunfo, Andrés Manuel López Obrador sigue teniendo como desafiante reto convencer a los mercados de que sus políticas impulsarán la economía hasta el 2%. Los últimos indicadores siguen mostrándole que la expectativa de los financieros va en una ruta contraria: este lunes la encuesta de Banxico reveló otro recorte y se vuelve uno de los escenarios más pesimistas. La mayoría de los consultados creen que la economía apenas crecerá 1.13% este año.
Esa nueva previsión significa un recorte desde el 1.32% que los analistas y centros de estudio del sector privado consideraron el mes de mayo. La tendencia contradice una vez más a López Obrador, que se cansó de apostar en público que México cerraría el año con un 2% de crecimiento.
Pero el pesimismo no parece coyuntural: Para el año que viene, los economistas consultados por Banco de México también realizaron un recorte que destierra la promesa de López Obrador de crecer al 4% promedia en su sexenio: consideran que en 2020 la economía cerrará en 1.66% y no en 1.72% como esperaban el mes anterior. Y aun queda tiempo para corregir a la baja ese pronóstico.
En términos inflacionarios, la percepción mejoró ligeramente. Según el consenso, esperan que este año la tasa de inflación se ubique en un nivel más cercano al rango objetivo del Banco de México (Banxico) pues ahora creen que esta será de 3.63% y no de 3.75% al cierre de 2019.
Son datos que parece apoyar la tesis de Gerardo Esquivel: México está cerca de cumplir con su objetivo en términos de inflación, pero muy lejos de garantizar un crecimiento sostenido de la economía. Lectura que lo motivó a pedir una baja de 25 puntos base en la tasa de interés. Como reveló LPO, ni siquiera Jonathan Heath votó en ese sentido.
Estos ajustes significan un fuerte desplome respecto al escenario que planteaban los economistas al inicio del segundo trimestre del año, cuando pronosticaban un crecimiento de hasta 1.8% en 2019. Pero el desánimo no ha hecho más que crecer en medio de constantes recortes, del castigo por parte de calificadoras en la perspectiva o en la nota crediticia del país -y de Pemex, con fuerte relación a la soberana- ante el constante señalamiento de que López Obrador no ha sido capaz de disipar la incertidumbre sobre el cómo va a implementar algunas políticas, particularmente la energética.
Entre los participantes la gobernanza sigue siendo uno de los temas que más preocupa, de acuerdo con el 42% de los participantes y de manera consecutiva en este año, la confianza en cuanto a la inversión sigue en descenso. Para el mes de junio, la encuesta reveló que el 72% de los economistas consultados consideraron que es un mal momento de invertir, eso desde el 62% registrado un mes antes.
No sorprende en este sentido que el 42% de los participantes opina que el clima de negocios va a empeorar y solo el 11% muestra optimismo. Ciertamente un incremento desde el 5% que en mayo consideró que la economía mejoraría.
Este escenario no termina de desprenderse de los datos que arrojó esta mañana el INEGI sobre la confianza empresarial, el cual cayó 1.15 puntos en el comparativo mensual, lo que significó su peor caída desde febrero desde 2017 y su menor nivel en lo que va del año. Los más afectados fueron los empresarios del sector manufacturero.
De acuerdo con José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico A.C., el indicador muestra que los tres sectores que lo componen indican que persiste una percepción de que no existe el momento adecuado para invertir, «la lectura es que la inversión vendrá débil en los siguientes meses». Agregó que la debilidad más pronunciada en el sector manufacturero también responde a que los problemas de aranceles aún no se percibe como resuelto en tanto esté sujeto al tema migratorio. Continuar leyendo […]
