México pacta con Uber y Cabify para facilitar el pago del IVA y del impuesto sobre la renta de sus conductores

El País | Jon Martín Cullell.

México ha dado un paso hacia la regularización de las aplicaciones digitales de transporte y entrega de comida a domicilio. Estas plataformas retendrán el IVA y el impuesto sobre la renta (ISR) a los conductores que trabajan para ellas, según un acuerdo anunciado este lunes por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Con este esquema voluntario, al que se han acogido empresas como Uber, Cabify y Rappi y que se prevé entre en vigor el 1 de junio, los chóferes pagarán un 8% de IVA —frente a la tasa general del 16%— y entre el 3% y el 9% de ISR —frente a una tasa que fluctúa entre el 2% y el 35%, en función de los umbrales de renta—. Pese a suponer un avance en la lucha contra la informalidad, el impacto sobre la recaudación tributaria será tenue, según los expertos consultados.

La medida es voluntaria y algunas plataformas, como la china Didi, han optado por descolgarse. A medio plazo, está previsto que el piloto se convierta en una norma obligatoria para todo el sector, según afirma el principal actor del mercado, Uber. «La idea es que a partir de fines de este año [el Ejecutivo] lo eleve al Congreso para que se convierta en ley en 2020», señala a este diario el responsable fiscal de la firma estadounidense en México, Víctor Díaz Infante. En el último año, México se ha convertido en uno de los principales campos de batalla entre Uber y Didi por el tamaño del mercado y los problemas de movilidad de sus ciudades. A esa competencia se ha sumado, en los últimos meses, Beat, propiedad de Mercedes Benz.

El acuerdo alcanza a cientos de miles de conductores —tan solo Uber, por mucho el líder del sector, cuenta con 250.000 conductores en 41 ciudades del país norteamericano—. Las plataformas calcularán y retendrán los impuestos para luego entregárselos a las autoridades tributarias. Un esquema que, según la Secretaría de Hacienda, no contradice la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador de no subir impuestos durante los primeros tres años de mandato, al tratarse de cargas impositivas ya existentes. En los casos de Uber y Cabify, los conductores ya pagaban las tasas generales de ISR y de IVA, pero no había retención previa y tenían que hacer declaraciones mensuales, en vez de una anual como ocurrirá a partir de ahora.

Dudas sobre el impacto recaudatorio

Aunque el Gobierno ha apuntado a los beneficios fiscales que la medida puede traer, los expertos consultados minimizan el impacto. «El número de conductores es pequeño y el monto también, por lo que recaudatoriamente no tiene importancia», explica Rodolfo de la Torre, economista del Centro de Estudios Espinosa Yglesias. Es decir, se trata de un grano de arena en un país que tiene una sector informal que emplea a casi dos terceras partes de los trabajadores y que está a la cola de las economías industrializadas en recaudación, con una presión fiscal del 16% del PIB frente al 34% del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Ante estas cifras, José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC), califica de «menor» la repercusión de la nueva medida. «El problema de la recaudación en México no se va a resolver por esto. El Gobierno va tener más ingresos pero el problema de fondo es la informalidad», dice. Continuar leyendo […]

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