La Jornada | Dora Villanueva.
El desempleo se ubicó en 3.6 por ciento en marzo, su mayor nivel desde diciembre de 2016, informó el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi). Mientras en el grupo de quienes trabajan, uno de cada cinco lo hace en condiciones críticas, es decir, que laboran 35 horas o más a la semana pero con un ingreso menor al salario mínimo. De marzo de 2018 al mismo mes de este año, esta tasa pasó de 15.9 a 19.5 por ciento de la población económica activa, completa el reporte del organismo.
El repunte en la tasa de desocupación, que especialistas califican de «marginal», se da a la par de un incremento de la población económicamente activa, que en marzo se ubicó en 60.3 por ciento, es decir, que hay alrededor de 500 mil personas más en condiciones de trabajar en el país, proporción no vista desde noviembre de 2015.
El reporte del Inegi agrega que en 19 estados hay más desocupación que en marzo de 2018, pero con alzas relevantes se cuentan la Ciudad de México, Chiapas y Sinaloa. En cuanto a la informalidad –trabajadores sin prestaciones, derechos laborales, acceso a salud–, ésta se incrementó 0.2 por ciento, para ubicarse en 57.1 por ciento; mientras la subocupación representó 27.7 por ciento de la población, un incremento de 0.6 por ciento respecto a un año atrás.
La desaceleración, tanto en la economía mexicana como en la estadunidense en los últimos meses, se refleja en el mercado laboral, de acuerdo con especialistas. «Lo que vemos es un efecto de la desaceleración económica que ya se vive en el país desde hace varios meses, pues ha llegado al mercado laboral en forma de reducción de oportunidades de trabajo; esto implica que la tasa de desocupación haya aumentado, aunque todavía marginalmente», afirmó al respecto José Luis de la Cruz, presidente del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico. Continuar leyendo […]
