¿Cómo administrar o reducir la incertidumbre?

Foto: Angélica Escobar/Forbes México.

Por Mauricio Millán C. | Publicado en Forbes.

Reducir, administrar o gestionar la incertidumbre en la que está inmerso el mundo se ha convertido en una tarea tan ardua como necesaria, ya que toca todos los ámbitos de la vida personal, profesional, empresarial e institucional. Ahora, vivimos momentos de gran incertidumbre política, económica, social, ambiental, judicial, patrimonial y tecnológica, y pareciera que tiene que ver con lo que sucede a nuestro alrededor y no podemos controlar. Tan es así, que las proyecciones acerca del futuro (aun a corto plazo) resultan inciertas, pues lo improbable y lo previsible ya no lo son tanto. El panorama actual se ha colmado de incertidumbre, que ya no se refiere a algo específico, sino a una situación en general.

Evidentemente, este clima poco certero predomina también en la economía mundial: guerras comerciales, fin de la globalización, proteccionismo, metamorfosis en los bloques comerciales, Brexit y tantos eventos que han impactado en el proceder de las políticas públicas en torno a la economía y finanzas internacionales, con el consecuente reflejo en el desarrollo empresarial. Esta última, en adición, enfrenta la tecnología, que la ha forzado a entrar a la Revolución 4.0 de manera acelerada.

Es decir, a las empresas, los nubarrones de la incertidumbre parecen oscurecerles los tiempos venideros, lo que nos lleva a entender que el futuro no se predice ni se inventa; el futuro se construye. Es posible entender las fuerzas motrices de las empresas y gobiernos e identificar los cuestionamientos críticos, así como explorar cómo es que éstos se pueden desplegar para administrar la incertidumbre y obtener una ganancia del cambio. Podemos también actuar para influenciar el futuro y crear un escenario más o menos deseable, entendiendo que éste es producto de mejores decisiones y no de mejores predicciones. Por ello, es necesario tomar el control del futuro de nuestra organización, gobierno y sociedad.

Así, las herramientas como la Planeación y la Planeación Estratégica resultan cada vez más usadas de manera metódica en las empresas; sin embargo, no son ni serán suficientes, ya que quedan limitadas. La primera se basa en el corto plazo y en indicadores del presupuesto de operación, tales como ventas (clientes), compras, costos, finanzas, flujo. La Planeación Estratégica liga la operación a estrategias, es decir, en el mediano plazo se identifican temas como clientes y mercado, entorno, competencia e indicadores de gestión, y es en estos temas donde se diseñan los planes de acción, principalmente. Continuar leyendo […]

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