Comercio exterior y el desarrollo de capacidades productivas en México

Revista Comercio Exterior | Bancomext | 2018-09

Por: René Villareal | Publicado en la Revista Comercio Exterior.-

A lo largo de la historia económica de México, el proceso de industrialización y el comercio exterior han conformado un binomio indisoluble que adquirió mayor relevancia a medida que el país transitó de la etapa sustitutiva de importaciones (1940-1982) a la del modelo industrial exportador de manufacturas (1986-2018). Así lo muestra el índice de apertura de la economía al exterior, el cual pasó de 20% en 1960 a 26% en 1985 y se elevó a 78% en 2017. Hoy en día, más de tres cuartas partes de la economía mexicana están directamente vinculadas al comercio exterior (ver la Gráfica 1).

La etapa de crecimiento hacia dentro vía la industrialización sustitutiva (ISI) tuvo como motor el mercado interno, basado en una política proteccionista. La ISI funcionó eficazmente para promover el crecimiento económico, pues el PIB aumentó más de 6% anual en promedio (1940- 1982), pero fue ineficiente por su sesgo antiexportador, que llevó a la crisis de la deuda externa de 1982 y al agotamiento del modelo de sustitución de importaciones.

La etapa de crecimiento hacia fuera, basada en una política de apertura vía liberalización comercial y tratados de libre comercio, inicia en 1985 con la entrada de México al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), continúa en 1994 con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y se amplía posteriormente con la firma de 12 acuerdos de libre comercio con 46 países. Una etapa de gran expansión para las exportaciones, cuyo monto en 2017 alcanzó 409 mil 494 millones de dólares, de los cuales 364 mil 445 millones correspondieron a la industria manufacturera. Destaca aquí la reducción de la dependencia de las exportaciones petroleras, que solo representaron 5.8% del total ese año, mientras que la contribución de las manufacturas fue de 89%, evidencia fehaciente de la dinámica del modelo industrial exportador (MIE).

A pesar de que el MIE supuso un impulso a la exportación de mercancías (cuya expansión en las últimas dos décadas alcanzó una tasa media anual de 7.4%) y un cambio en la estructura del comercio exterior. La pregunta que surge es: si el MIE ha mostrado una dinámica acelerada de crecimiento en las últimas tres décadas, ¿por qué el PIB solo registra un crecimiento de 2.2% anual en promedio? La razón principal es que las exportaciones mexicanas tienen un bajo valor agregado (41.1%) —con excepción de la industria automotriz que enfrenta la amenaza del TLCAN 2.0. Esto es, la industria exportadora ha tenido una baja capacidad de arrastre pues, de los cinco vagones del ferrocarril de la exportación, tres contienen importaciones ensambladas aquí y solo dos corresponden a valor agregado nacional. Así, la industria nacional permanece en procesos de manufacturas de ensamble: la maquila representa más de 60% de la exportación de manufacturas (243 mil millones de dólares), mientras que el valor agregado nacional es menor a 30% (ver el Cuadro). Continuar leyendo […]

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