La banca de desarrollo y BANCOMEXT, cruciales para el cambio estructural

Mauricio de María y Campos | Publicado en: El Financiero.

A la memoria de Antonio Saldívar, impulsor de proyectos industriales desde la otrora audaz banca comercial.

Los bancos de desarrollo han existido desde la 1ª revolución industrial para apoyar el crecimiento y el empleo con visión de largo plazo. Hoy se reconoce su rol crucial en países ricos y emergentes. Nacional Financiera y el resto de los bancos de desarrollo mexicanos no pueden quedarse rezagados. Requieren fortalecerse y adaptarse a las nuevas exigencias globales y a las renovadas expectativas de crecimiento sustentable frente a la insuficiencia de financiamiento de la banca comercial para el crecimiento productivo.

De la misma manera, el Banco Nacional de Comercio Exterior, legado histórico de Lázaro Cárdenas, tiene un rol crucial en el nuevo escenario nacional en la era de Trump, la revisión del TLCAN y el impostergable desafío de la diversificación comercial y de inversiones hacia China y Asia-Pacífico

Tras la 2ª Guerra Mundial los bancos de desarrollo florecieron en Alemania y Japón para reconstruir y modernizar la infraestructura y la planta productiva. El Plan Marshall los impulsó.

En América Latina y Asia, el ejemplo cundió. Ante la convicción creciente de las ventajas de la industrialización, México, Brasil, Corea del Sur, la India y otros países en desarrollo, con modelos de economía mixta y el respaldo de estados desarrolladores crearon desde los 50s bancos de fomento para impulsar la producción y modernización agropecuaria e industrial y la infraestructura.

Hasta fines de los 80s fueron eficaces instrumentos para fomentar el desarrollo de industrias básicas y de avanzada y promover empresas estatales, privadas y de capital mixto, lideradas por la inversión nacional. El Banco Mundial y las instituciones regionales de desarrollo favorecieron la creación de numerosos fondos y mecanismos para agilizar y modernizar los financiamientos y atender los retos del desarrollo tecnológico y la innovación

La crisis del modelo de sustitución de importaciones y la nueva visión neoliberal de que el estado debería ser sustituido por el sector privado y la economía de mercado abierto tuvieron un impacto devastador en muchas de estas instituciones en América Latina en las últimas tres décadas. Algunas cerraron y otras se achicaron sensiblemente.

En el caso de México, el debilitamiento ha sido lamentable. En un país donde el 85% de los activos bancarios están en manos extranjeras, Banco Rural desapareció en detrimento del crédito y asesoría técnica a los agricultores medianos y pequeños; Nacional Financiera redujo drásticamente su rol promotor de inversiones industriales, confinándose cada vez más a capital de trabajo vía el factoraje. Solo Bancomext, que estuvo a punto de desaparecer con Fox y Calderón -debido al malogrado intento de fusionarlo con Nacional Financiera- continúa cumpliendo sus funciones básicas.

Hoy los países emergentes exitosos como China, India, Corea del Sur, Vietnam, Turquía, Indonesia y Malasia otorgan un rol capital a sus bancos estatales de desarrollo -llamados también “policy Banks”- bancos especializados de políticas sectoriales.

El Banco Mundial y los bancos regionales asociados (el BID, en América Latina) siguen jugando un rol importante. Destaca una nueva red paralela de bancos de desarrollo global y regional promovidos por China y los países emergentes como el Banco Asiático de Infraestructura y el Banco BRICS. Continuar leyendo […]

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