ANSA.-
México cuenta con una de las más reducidas clases medias en América Latina, sólo superado por República Dominicana, El Salvador y Guatemala, mientras lidera Argentina, seguida de Uruguay y Paraguay, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Sólo uno de cada cuatro mexicanos (25%) pertenece a la clase media, lo cual refleja la enorme brecha entre ricos y pobres en el país que se precia de contar con la séptima fortuna del mundo, del magnate de las telecomunicaciones Carlos Slim, estimada en unos 62.000 millones de dólares. Slim y los otros miembros del Top Five de los más adinerados del país poseen en conjunto unos 102.000 millones de dólares, la mitad del presupuesto público de 2017, de acuerdo con datos publicados el año pasado por la revista Forbes. En cambio, según el BID, el 25% de la población vive con 10 a 50 dólares por día per cápita, el parámetro que permite ubicarlos en el segmento de la clase media.
En tanto, en Argentina, que lidera a los países con mayor población en ese sector, asciende a casi 66%, seguido de Uruguay (63%), Paraguay (49%) y Panamá (48%).
El tamaño de la clase media en México es superado aún por Costa Rica (44%), Brasil (39%), Bolivia (33%), Perú (33%), Ecuador (28%) y Colombia (28%).
Por su parte, el 29,2% de los mexicanos obtiene un ingreso de menos de 5 dólares por día, lo que convierte a este país en uno de los mayores con índices de pobreza en la región.
El BID expone que de los 53 millones que forman parte de la fuerza laboral, sólo 1% gana más de 10 salarios mínimos (1.400 dólares).
«Ello permite entender que si bien México tiene mucha población y es económicamente activa, la gran mayoría tiene un ingreso escaso», señaló José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
El especialista consideró que uno de los factores que profundizan la brecha es que gran parte de la población trabaja en el comercio informal, o en pequeñas y medianas empresas de crecimiento limitado y en medio de un «mercado laboral atomizado y precarizado».
«El hecho de que muy pocas personas puedan tener un ingreso adecuado que genere bienestar va a tener un reflejo en ciertos elementos de inestabilidad social», indicó. Continuar leyendo […]
