Austeridad en serio

Andrés López Obrador. Archivo El Universal.

Por: Mauricio Millán | Publicado en El Universal.

Las primeras semanas posteriores a las elecciones han sido inundadas en cuanto a las líneas de acción que delinearán el perfil de la próxima administración federal.

La austeridad anunciada en ciertos espacios de la estructura de gasto del gobierno, como la disminución del gasto en publicidad del gobierno o la reducción salarial a los trabajadores del Estado con el objetivo de ampliar el margen de maniobra fiscal para la implementación de programas e inversión en infraestructura, ha acaparado la atención de la discusión en la última semana. Mucho se especula, pero lo cierto es que el 1 de diciembre de 2018 habrá un cambio de paradigma en la estrategia económica del gobierno federal.

En un primer momento, la cruzada por lograr un gasto eficiente y eficaz por parte del aparato gubernamental es bienvenido, aunque es posible que encuentre varias complicaciones técnicas y políticas en el camino.

El presupuesto público es muy complejo y a la vez muy simple, se requiere evitar su politización porque entonces se deforman los objetivos de eficiencia y eficacia en el gasto, prudencia y disciplina en la deuda, y estrategia y progresividad en los ingresos.

A juzgar por lo anterior, el cambio de timón es hacia un gasto en desarrollo social abundante y un incremento en la inversión pública; sin embargo, tendrá que ser cubierto con una reingeniería al interior del presupuesto existente toda vez que no se vislumbra una reforma hacendaria profunda en el corto plazo.

El equipo de trabajo en asuntos hacendarios de la administración entrante ha anunciado la identificación de 147 programas que presentan algún tipo de duplicidad —de acuerdo con informes de Coneval— y que representarían a los programas candidatos en desaparecer o fusionarse al inicio de la próxima administración.

Este ejercicio reduciría la estructura programática del gobierno y con ello, en teoría, aumentaría la eficiencia del gasto federal en los rubros identificados.

Otro espacio de recorte se dará en la estrategia de comunicación social del gobierno federal, en donde se prevé la eliminación de las diversas oficinas de comunicación social de las secretarías y órganos descentralizados y su concentración en una única oficina de Comunicación Social que se encontrará adscrita a la Presidencia de la República. Adicionalmente, se plantea reducir de manera prácticamente inmediata el gasto en publicidad del que hace uso el gobierno federal en 50%.

Entre las posibles estrategias de ajuste, una de las que más ha llamado la atención es la retabulación de sueldos y salarios a los trabajadores del gobierno.

En este sentido, el virtual presidente electo ha manifestado su intención de reducir su sueldo en 50%; sin embargo, en 2009 se aprobó una reforma del artículo 217 Constitucional que imposibilita a los funcionarios públicos ganar más que el Presidente, lo que demandará de una reducción generalizada en al menos los altos mandos de la administración pública federal. Continuar leyendo […]

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