Migración laboral, medio ambiente e infraestructura- temas a impulsar frente a EU

Archivo El Financiero

Por: Mauricio de María y Campos

Las vueltas que da la vida. Hace 25 años cuando se negociaba el TLCAN, la llegada de Clinton a la presidencia llevó a sumar los temas laboral y de medio ambiente a la negociación. Como ya había un acuerdo muy avanzado, el Presidente Salinas aceptó incorporarlos como acuerdos paralelos. La preocupación de legisladores de EU era que México compitiera deslealmente con mano de obra infantil, condiciones laborales precarias y desidia por la protección del medio ambiente.

Seis años después, a iniciativa de empresarios, académicos y los gobiernos de los tres países se realizaron estudios y discusiones para promover un plan de mediano y largo plazo de construcción de infraestructura física –comunicaciones y transportes en particular -de Alaska al Suchiate. La intención era crear una plataforma logística y de competitividad sistémica para América del Norte. Asistí a reuniones en Canadá, los EU y México con presencia de los ministros de comercio e Industria.

Lamentablemente poco se logró en los 23 años por falta de recursos e interés político.

En lo laboral hubo pocos avances y menos en materia de migraciones y movimiento de personas.

Durante la presidencia de Fox llegaron a emigrar anualmente medio millón de mexicanos debido a la incapacidad de las políticas económicas y los empresarios de generar suficientes empleos y salarios remuneradores en México- y a la demanda laboral del mercado de los EU:

Los saldos netos migratorios de los últimos años de Obama fueron negativos: la reforma anunciada nunca avanzó y en cambio sí la deportación de millones de indocumentados. Hoy los migrantes mexicanos y sus familias se han convertido en chivos expiatorios del desempleo americano y de la intolerancia racista de Trump y sus admiradores.

En lo ambiental cada uno de los tres países tuvo sus propios logros, pero la cooperación entre México y los EUA ha rendido escasos frutos, más allá de la convergencia en las negociaciones multilaterales. El Banco de Desarrollo de América el Norte (NADBANK) creado para apoyar proyectos en la frontera, a pesar de los impulsos de los excelentes directores mexicanos: Alfredo Phillips, Raúl Rodríguez Barocio y Jerónimo Gutiérrez (nuestro actual embajador en Washington) y los de algunos empresarios y ambientalistas de ambos lados de la frontera, nunca ha contado con las facultades, los recursos financieros y la voluntad política de sus dueños para ir más allá de la franja fronteriza y de proyectos de infraestructura ambiental –como los de agua, alcantarillado, desechos y ahora energías limpias. Continuar leyendo […]

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