La reducción estadística de la pobreza

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El Universal | José Luis de la Cruz.

El compás de espera terminó, las cifras oficiales del Coneval indican, por primera vez en una década, una reducción en las cifras oficiales en el flagelo que representa la pobreza. De acuerdo a la institución citada, 1.9 millones de mexicanos salieron de dicha situación.

Lamentablemente, lo que debería representar una buena noticia para toda la sociedad se debe analizar cuidadosamente antes de levantar las campanas al vuelo.

A diferencia de los resultados previos, las cifras de pobreza publicadas por el Coneval fueron el producto de un cálculo resultado de otro cálculo estadístico, en estricto sentido no son comparables con las estimaciones realizadas hasta el 2015.

La fuente de información, el levantamiento de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) fue modificada en 2016 a tal grado que se debió recurrir a la creación de un modelo estadístico para subsanar la ruptura que se presentó en la cuantificación de los ingresos de los hogares mexicanos menos favorecidos.

Los datos fueron sometidos a la tortura estadística necesaria para poder crear una serie especial que permitiera continuar con la estimación de la pobreza. De haberse utilizado la información de ingresos original de la ENIGH 2016, México habría reportado una reducción histórica a nivel mundial de la pobreza.

¿De que dimensión es la diferencia entre los ingresos originales de la ENIGH 2016 y los utilizados por el Coneval para el calculo de la pobreza?

Solo como referencia: la información oficial de la ENIGH 2016 señala que el ingreso del primer decil, el de los hogares menos favorecidos, se incrementó en casi 30% en tan solo dos años. Después del ajuste estadístico “solo” fue de 8.8%. ¿A qué es atribuible?

Como se puede recordar, Coneval y el INEGI discreparon públicamente cuando se percataron de las cifras reportaría la ENIGH en 2016.

Todo se originó cuando INEGI decidió investigar con mayor profundidad lo que consideró un sub reporte por parte de los hogares de menores ingresos. Su razonamiento fue que no era confiable que dicho segmento de mexicanos puede vivir con un ingreso monetario precario, que los conduce a la pobreza.

Para atenuar dicha cifra, instruyeron y capacitaron a sus encuestadores para indagar con profundidad en el caso de que surgiera la sospecha de que los hogares más pobres de México reportaran un ingreso demasiado bajo o, en el extremo, la carencia del mismo por un periodo de tiempo.

El resultado fue el incremento antes citado en los ingresos de los hogares y la consecuencia natural de dicho ejercicio era que el Coneval reportara una reducción en la pobreza. El problema: si se utilizaban la cifras originales de la ENIGH 2016 la caída sería abrumadora y causaría una ruptura en los datos.

La consecuencia es que no se podría evaluar la política social del gobierno federal, en otras palabras, Coneval no podría hacer su trabajo porque la reducción de la pobreza no sería atribuible a la política económica y social, es decir al gasto realizado a través de Prospera, la Cruzada Nacional contra el Hambre, Sin Hambre y en programas de gobierno en materia de vivienda, salud y educación. Sería fruto del cambio hecho en la ENIGH 2016.

Para evitarlo, INEGI, Coneval y un grupo de académicos decidieron encontrar una salida: la creación de un modelo estadístico que permitiera calcular una nueva serie de ingresos de los hogares mexicanos a partir de la cual se pudiera estimar una cifra de pobreza que fuera más congruente con el pasado.

El problema es que, en estricto sentido, la estimación de la pobreza no se realizó sobre datos observados, sino en función de un cálculo que no se utilizaba previamente: se compara información real contra el resultado de un modelo.

Derivado de ello, se tiene una evaluación de la política de desarrollo social que debería incorporar rangos: al no ser información observada existe un intervalo que en estadística se denomina de confianza. En otras palabras, los ingresos de los hogares pueden fluctuar alrededor de un valor y en consecuencia la cifra de pobreza presentada por el Coneval también debería incorporar intervalos, no se puede afirmar que la pobreza se redujo en 1.9 millones de mexicanos, podría ser mayor o menor porque las cifras de ingresos también fueron una estimación, producto de un modelo estadístico generado por un grupo de trabajo, no de la medición directa en los hogares.

La pregunta es ¿Qué harán el Poder Ejecutivo y el Legislativo con esta información? Básicamente porque deben asignar presupuesto para el combate a la pobreza en 2018 con base en estimaciones realizadas sobre estimaciones.

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