Nuevo TLCAN: ¿hacia el marco legal de Estados Unidos? #Análisis

La Voz de la Industria Vol. 5 N°95   | Descargar reporte […]

Resumen

  • Después de 23 años de vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la renegociación del mismo no inicia como consecuencia de un deseo de profundizar la relación, sino como un cuestionamiento por parte del gobierno de Estados Unidos sobre quién ha obtenido los mayores beneficios y si ha sido justo para los trabajadores norteamericanos.
  • La renegociación marca una ruptura de visión entre las grandes empresas de Estados Unidos y su gobierno.
  • A diferencia de hace 25 años, cuando las negociaciones del TLCAN provocaron una convergencia entre los intereses de los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá con los de las grandes empresas en América del Norte, hoy se parte de la divergencia.
  • En este sentido, la renegociación del TLCAN surge con una postura defensiva y que ve al pasado por parte de los tres gobiernos: el de Estados Unidos que quiere recuperar el control del proceso comercial y de las manufacturas que perdió hace 20 años; la de México y Canadá que intentan regresar a la década de los años ochenta, cuando la apertura comercial irrestricta era la tendencia global; y la de las empresas trasnacionales que han obtenido beneficios que desean preserva.
  • El problema es que la postura conservadora no atiende el origen del mismo: la pérdida de productividad y competitividad de América del Norte frente al Pacífico Asiático, el gran ganador del TLCAN.
  • Si las posturas de la negociación no se modifican, la renegociación terminará sin propiciar una nueva relación productiva para América del Norte que le permita reducir su dependencia respecto a los insumos intermedios y bienes de capital que se producen en el Pacífico Asiático y que han provocado la ruptura de las cadenas productivas en la región del TLCAN.
  • Lo barato de importar en el corto plazo ha ocasionado que América del Norte acuse una profunda pérdida de empleo y de innovación tecnológica frente al Pacífico Asiático.
  • El principal desafío para los negociadores mexicanos es pasar de esa lógica de confrontación a una de diálogo constructivo, posición que no está prevista porque la postura de los gobiernos se basa en la deconstrucción: la de Estados Unidos respecto a los beneficios del propio TLCAN y las de México y Canadá sobre la validez de los argumentos del gobierno norteamericano: ninguno de ellos ve hacia el futuro la transformación de América del Norte en una región de alta competitividad.
  • Para México el desafío es mayor: debe enfrentar el objetivo que Estados Unidos tiene de que el nuevo TLCAN se apegue más a su sistema legal, la directriz del gobierno norteamericano es clara:
    • La autoridad de la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR) establece: La Agenda 2017 esboza las cuatro prioridades comerciales de la nueva Administración: promover la soberanía de los Estados Unidos, hacer cumplir las leyes comerciales de los Estados Unidos, aprovechar la fuerza económica estadounidense para expandir nuestras exportaciones de bienes y servicios y proteger los derechos de propiedad intelectual de los Estados Unidos.
  • Además, México debe ser claro en la renegociación, hay intereses que no necesariamente son convergentes: el de los respectivos gobiernos, el de las grandes empresas, el de las empresas mexicanas, y el “elefante en el cuarto” el de los países asiáticos que son proveedores de insumos intermedios y bienes de capital y que triangulan sus productos en América del Norte.
  • Por ello la directriz de la negociación para los representantes mexicanos debe ser preservar el interés y la soberanía nacional en un entorno global que ha modificado su tendencia: el nuevo gobierno de Estados Unidos prefiere acuerdos individuales respecto al marco multilateral, porque estima que es la mejor manera de obtener una ventaja en la negociación.
  • Además, se debe establecer que al incorporar los aspectos laboral, energético, de compras de gobierno, medioambiental, de derechos de propiedad, por citar algunos, la negociación va más allá de lo comercial, en realidad debería representar el inicio de un acuerdo más integral, que para comenzar, implicaría otro nombre.

Documento completo:

VozIndustria 20170814 Vol 05 Num 95 – Nuevo TLCAN hacia el marco legal de Estados Unidos v2

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