La Jornada | Por: Carlos Fernández-Vega
Justo una semana atrás el inquilino de Los Pinos presumía que los signos vitales de la economía dan cuenta del avance nacional (entre ellos el empleo, dijo), y muestra de ello –escribió este tecleador en aquella ocasión– sobresale la siguiente numeralia, con base en las cifras oficiales: 63 millones en pobreza patrimonial; casi 30 millones en la informalidad; más de 2 millones desocupados; 4 millones subocupados y precarización permanente del empleo, entre otros.
Pues bien, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC, La precarización de los ingresos en México) aporta los siguientes signos vitales que –según Peña Nieto– demuestran que la economía mexicana está sana y cada vez es más fuerte. Va, pues.
Las cifras del Inegi son contundentes: a inicios de 2016 la ocupación en México de personas que ganan más de cinco salarios mínimos (SM) se redujo en 2.2 millones con respecto al nivel que existía en 2008, antes de la última gran crisis económica. La creación de ocupación se ha centrado en el segmento de quienes ganan menos: 7.9 millones de mexicanos tienen un ingreso que cuando mucho llega a un salario mínimo, 2.5 millones adicionales al nivel existente en 2008. Continuar leyendo […]