El Economista | Por: Elizabeth Albarrán.
Una reducción en la inversión de 21% para el próximo año, así como una Ley de Obra Pública con pocas prácticas de transparencia y rendición de cuentas, podría ocasionar que la productividad y la competitividad del país se vean detenidas, coincidieron expertos.
“Al haber menos recursos en el sector, la lucha por parte de los inversionistas por obtener los contratos puede ser más álgida; además, al no tener los suficientes mecanismos de transparencia se puede promover la gobernanza de los buenos procesos y mayor ímpetu de corrupción”, expuso Mariana Campos, coordinadora de Gasto Público de México Evalúa.
Refirió que la reforma a la Ley de Obra Pública que se encuentra en discusión en el Senado de la República, en vez de eliminar los regímenes de excepciones en el proceso de la publicación de convocatorias, las amplía, lo cual es preocupante, dado que no se garantiza que se llevarán a cabo las mejores condiciones de contratación.
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Un freno
José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, explicó que tener estos problemas legales junto con la disminución de la inversión repercutirá en el avance más lento en la productividad y la competitividad del país. “Tendrán que buscarse esquemas para que sea transitorio y que el próximo presupuesto busque una reactivación decidida de la inversión, pues uno de los factores que afectan la productividad y competitividad es la baja inversión”.
Es deseable que la ley tenga mayor transparencia, ya que muchas obras de infraestructura tienen opacidad o están incididas en la corrupción, destacó De la Cruz. “Se deben lograr acuerdos rápidamente porque el país no puede detenerse en términos de inversión”. Continuar leyendo […]
