Para el director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), José Luis de la Cruz Gallegos, este resultado en los negocios locales obedece a que la economía no genera un entorno adecuado para que las empresas tengan una expectativa de vida a un mayor plazo.
Por ROSALBA AMEZCUA | Capital México
En segunda instancia, está la inseguridad en varias partes de la República, especialmente en algunos estados del Sur-Sureste: el crimen organizado y el cobro de derecho de piso limita la capacidad de las empresas para desarrollarse.
Un tercer punto dice, es el tamaño de las empresas y su naturaleza. Aunque las pequeñas dan empleo a dos o tres personas -y ahí es donde se concentra 90 por ciento de las plazas laborales en el país- su poca capacidad, manejo administrativo limitado y su abocación a un mercado interno débil también explica su poca viabilidad en el mediano plazo.
“No tienen acceso a financiamiento, innovación y valor agregado. Son en su mayoría empresas dedicadas al comercio, la mayor parte informal, pues no hay que olvidad que 52 puntos porcentuales del comercio es informal y esto plantea la necesidad de que no puedan sobrevivir. No existen programas de gobierno eficaces para elevar la capacidad de gestión administrativa o financiamiento para la gran cantidad de empresas que están en estos rangos y además, desvinculadas de la economía”, dice.
En entrevista con CAPITAL MÉXICO, el especialista añade que a esta coyuntura se suma una Reforma Hacendaria que limitó en mucho la demanda agregada y esto frenó la capacidad de consumo e inversión privada en el país, lo que aceleró esta baja expectativa que tienen las empresas en México, especialmente las más pequeñas.
Se trata, indica de la Cruz Gallegos, de una combinación de factores internos y externos; al final del día es el entorno económico el que condiciona la baja viabilidad de las empresas, es decir, no hay una economía que les pueda dar una rentabilidad o una demanda para que se mantengan, además del poco acceso que tienen a capital humano, que sea capaz de gestionar las habilidades financieras y administrativas que les permitan sobrevivir.
En torno a las expectativas que tiene el titular del IDIC para las empresas en los siguientes años, menciona que no son halagüeñas, pues 2015 no será un año tan bueno como el que se esperaba: será árido, lo que se traduce en una baja expectativa para las empresas, especialmente las dedicadas al mercado interno.
“Para 2016 creo que el probable recorte al gasto limitará el crecimiento económico y el avance de las empresas que vivirán un entorno complicado, y me parece que será hasta que se implementen las reformas estructurales, particularmente la energética, que se puede generar un crecimiento económico”, indica el directivo.
En cuanto a la tramitología, de la Cruz Gallegos dice que la elevada complejidad para abrir un negocio en México y mantenerlo en operación también encuentran limitantes en las administraciones locales a través de los gastos que efectúan los emprendedores para cumplir con las disposiciones institucionales.
Aclaró que en el país no falta emprendedurismo y reiteró que el problema es que no existen los canales ni el esquema adecuado para realizarse ni un ecosistema para que sean más exitosos.
Anterior a su designación como secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, quien encabezaba la Comisión Federal de Mejora Regulatoria, admitió que si bien la tramitología no provoca justamente la mortandad de empresas, en algunas localidades pudiera ser un factor para desestimular la apertura de negocios.
“En ese sentido, es importante limpiar, en coordinación con entidades federativas y municipios, las barreras para la apertura de negocios, los ámbitos regulatorios municipales y estatales a efecto de que esa variable no funja en contra del espíritu emprendedor de las personas para abrir esos negocios”, precisa. Fuente
