El gigante mexicano no despega

Foto: Recuperadad de La Vanguardia. Créditos: Bloomberg

La economía se estanca en el segundo trimestre y la previsión de crecimiento del 4% vendida por López Obrador en la campaña electoral queda como una fantasía

La Vanguardia | Andy Robinson, TABASCO.

(…) López Obrador, en cambio, representa un nuevo nacionalismo económico que, salvando las enormes distancias, se manifiesta también en algunos representantes de la nueva derecha en Europa y Estados Unidos. Pretende recuperar el desarrollismo nacional de los años sesenta y setenta, que logró tasas de crecimiento del 6% o el 7%. Es significativo que nuevo el plan de saneamiento de Pemex incluya esta frase: “Por primera vez en la historia de la democracia mexicana se conformó un gobierno para marcar a la administración pública con una visión nacionalista.”

México tal vez es un buen laboratorio para este debate, ya que es el país en el cual lo que López Obrador califica como la “época neoliberal” –la liberalización y apertura vinculada al Tratado de Libre Comercio con EE.UU. y Canadá, la privatización, la liberalización financiera– ha fracasado de forma más desastrosa. Se logró en este periodo controlar la inflación y reducir la dependencia del petróleo –el 85% de las exportaciones en 1980–, sustituidos ya por la manufactura, que representa ya el 89% de las exportaciones. Pero el PIB creció raquíticamente, los salarios se estancaron y la pobreza se mantuvo en torno al 40% de la población. Según datos publicados esta semana, 52 millones de mexicanos no ingresan lo suficiente para adquirir la cesta alimentaria básica.

Tal vez el mejor ejemplo del choque entre las dos visiones post neoliberales es el proyecto de construir una refinería en Dos Bocas, una costa del golfo de México, con capacidad para refinar 340.000 barriles de crudo, el 28% de la producción actual. Casi todos los expertos tachan el plan de descabellado. La refinería, que forma parte de un plan para alcanzar la autosuficiencia en combustibles, fue calificada como “de elevado riesgo” por Moody’s.

Con un presupuesto estimado entre 8.000 y 15.000 millones de dólares, hay una probabilidad del 98% de que la refinería sea deficitaria, calcula el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). “La refinería, en general, no es un negocio interesante y Dos Bocas menos”, dijo Jorge Andrés Castañeda coautor del informe en una entrevista en el IMCO en la capital. Urzúa coincide: “Hay que abandonar proyectos como el de Dos Bocas y abocarnos de manera intensiva en la exploración y producción de crudo (..)”, sentenció el exministro, que calificó al Gobierno de “voluntarista”.

Sin embargo, la refinería cuenta con un apoyo entusiasta en el partido de López Obrador (Morena) y en un amplio segmento del electorado. Para entenderlo, un buen interlocutor es Luis Guillermo Pérez, histórico militante de la izquierda en el estado petrolero de Tabasco y estrecho colaborador durante décadas de López Obrador, que es oriundo de estas tierras en el golfo de México. “Lo que no tiene sentido es lo que se ha hecho hasta ahora con el petróleo”, me explica en una conversación mantenida en un hotel en Villahermosa, la capital del estado. “En estos momentos el petróleo llega a

Dos Bocas, se lava, se desaliniza y luego lo meten en un barco y se lo llevan a una refinería en Texas. Allí hacen la gasolina y luego nos la venden más cara que en Estados Unidos. A esto Andrés Manuel dice: ‘¡No! Voy a construir la refinería y voy a arreglar las otras seis en la República y ya no vamos a vender crudo, vamos a vender gasolina’”.

Es una idea antigua, tal vez simplista, que se remonta a los tiempos del petronacionalismo de Lázaro Cárdenas, el presidente que creó Pemex en los años treinta. Pero para el sufrido ciudadano de a pie, integrante del 99% de mexicanos que ganan menos de 10 salarios mínimos (1.400 euros al mes), esta lógica de soberanía petrolera resulta más sólida que la de Urzúa o Moody’s.

Por eso, un año después de lograr una victoria electoral histórica, López Obrador aún mantiene el apoyo del 60% de los votantes. “El gran logro de Andrés Manuel está en el terreno político, pero aún no ha podido elaborar un conjunto de políticas que de verdad supere el modelo neoliberal, es decir, un crecimiento basado en la demanda interna y políticas industriales para que haya empresas nacionales capacitadas para responder “, dice José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial (IDIC). Continuar leyendo […]

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