IMEF | Por: Mildred Ramo.
Este verano ha estado entre los más complejos en la historia de la economía mexicana de la última década: la actividad industrial comienza a dar señales de recesión, Estados Unidos ha puesto al país en una agenda migratoria a cambio de evitar cuotas arancelarias y las calificadoras han degradado la deuda soberana.
Frente a todos estos eventos, lo conveniente es fortalecer el mercado interno y diversificar los destinos de las exportaciones, señala José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC). Hasta marzo pasado, la actividad industrial registró seis meses de caídas consecutivas, sumado a una desaceleración industrial en EU. Además, el pasado 5 de junio, dos agencias anunciaron cambios negativos en el perfil de la deuda soberana de México. Fitch redujo la calificación soberana en un escalón, a BBB, y Moody’s modificó su perspectiva a negativa, aunque ratificó la evaluación de A3. Desde hace varios meses, los mercados consideraban la posibilidad, principalmente, por el recurrente debilitamiento en el crecimiento económico, el deterioro en sus perspectivas y las continuas presiones sobre las finanzas públicas, particular mente, en su relación con la política energética.
Por todo lo anterior: “La economía mexicana, ya en el segundo semestre del año, enfrenta la necesidad de una reactivación económica”, expresa De la Cruz. Y esto implica: “Reconocer que la relación con EU está cambiando y es una agenda que seguirá reflejándose de cara a sus próximas elecciones”, añade el director del IDIC, refiriéndose al proceso electoral de noviembre del año próximo. Continuar leyendo […]
