Por: Mauricio De María y Campos | Publicado en: El Financiero.
En agosto de 2018, Andrés Manuel López Obrador se reunió con la comunidad científica y tecnológica. El Dr. Enrique Graue le entregó el documento “Hacia la consolidación y desarrollo de políticas públicas en Ciencia, Tecnología e Innovación”. El entonces Presidente electo se comprometió a apoyar al sector con los recursos necesarios para su desarrollo, advirtiendo que cuando menos en una primera etapa no serían inferiores a los de 2018, esperándose un programa inicial de austeridad en su ejercicio para su ampliación futura.
El Plan Nacional de Desarrollo 2018-2024, publicado recientemente, dedicó sólo cuatro renglones a la ciencia, la tecnología e innovación que cito: “El gobierno federal promoverá la investigación científica y tecnológica y apoyará a los estudiantes con becas y otros estímulos en bien del conocimiento. El Conacyt coordinará el proceso de elaboración del Plan Nacional de Innovación en beneficio de la sociedad, de los pueblos y del desarrollo nacional con la participación de las universidades, pueblos, científicos y empresas”.
Tras numerosas reuniones entre la comunidad científica y tecnológica y la directora del Conacyt y su equipo, se está en espera todavía de las nuevas leyes y programas correspondientes. Por lo pronto lo que ha habido es una situación de zozobra, ligada a recortes presupuestales, reestructuraciones que todavía no acaban de definirse. Es por eso que quisiera precisar dónde estamos y a dónde deberíamos de ir.
Desde 1970, México y el Conacyt han atravesado por etapas muy diversas de desarrollo económico, social, científico y tecnológico. El entusiasmo inicial del Ing. Eugenio Méndez Docurro y el primer Plan de Desarrollo Científico y Tecnológico de Gerardo Bueno como directores del Conacyt, constituyeron la plataforma inicial para que la ciencia y la tecnología pudieran actuar como catalizadores del desarrollo económico y social a largo plazo. Continuar leyendo […]