«En los últimos 30 años, México dejó de lado el desarrollo positivo que genera la tecnología. La economía mexicana ha adoptado y asimilado las tecnologías que vienen de fuera en los procesos productivos, pero no las genera dentro del país. Eso limita la capacidad de tener nuevas empresas que puedan competir con las grandes tradicionales», comenta José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
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