Una segunda mirada a la modernización del TLCAN

Por: Mauricio de María | Publicado en: El Financiero.

Trump, Trudeau y Peña Nieto han insistido en haber logrado un buen acuerdo. Tiene la ventaja de haber disipado la fuerte incertidumbre de inversionistas y del comercio regional y global.

El presidente entrante en México ha destacado en varias ocasiones que obtuvo lo que le interesaba- particularmente en materia de soberanía energética y que puede vivir con los resultados. Su representante en la última etapa, Jesús Seade, también señala que se trata de un buen acuerdo para México, aunque insatisfecho con lo acordado en materia de propiedad intelectual y de industria textil y del vestido.

¿Qué balance se puede hacer a estas alturas, con los textos que se enviaron al Senado hace un par de semanas? Cabe subrayar que no están completos; están condicionados a formalizaciones legales y en numerosas ocasiones – solo se proporciona un pequeño resumen de unos cuantos párrafos del contenido y los supuestos beneficios de lo acordado. Habrá que esperar a ver los textos finales.

Mi primera conclusión es que si bien hubo un acuerdo -y eso ya es importante por las señales a gobiernos, empresas e inversionistas -sin duda el ganador fue Trump, tanto en términos políticos como económicos, ya sea en la esfera del comercio, inversiones, propiedad intelectual y la nueva economía de servicios.

Habrá que ver qué tanto perderán a la larga los consumidores estadounidenses, con productos más caros como consecuencia de la mayor protección; pero en principio y en el corto plazo las empresas y los trabajadores estadounidenses pueden sentirse satisfechos de que gracias a la pesada presión de Trump y su equipo sobre Canadá y México, se reducirá su déficit comercial, se consolidarán oportunidades de inversión y reforzará su propiedad intelectual.

En contraposición, no veo hasta ahora en qué aspectos se beneficiarán México y Canadá respecto al TLCAN todavía vigente.

Experto en el “arte de negociar”, Trump agregó algunos elementos para forzar a sus socios a realizar concesiones: una inaceptable clausula “Sunset” que buscaba abrir la posibilidad de terminar o renegociar el acuerdo cada 6 años; la eliminación del mecanismo de controversias; el asedio a las industrias culturales y los lácteos de Canadá y, en el caso de México, la pretensión de restringir las crecientes exportaciones mexicanas de frutas y hortalizas sólo a contra-temporada, que felizmente no prosperó.

Aunque tomará tiempo evaluar las implicaciones para México del nuevo USMCA o T-MEC en español -según acordaron EPN y AMLO- los principales resultados están a la vista. Continuar leyendo […]

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