Tendencias migratorias en América Latina y El Caribe

Por: Jesús A. Cano Vélez.

En el marco de la masiva migración centroamericana hacia Estados Unidos, pasando por México, resulta útil revisar algunas cifras de Naciones Unidas, sobre las tendencias migratorias intrarregionales de los últimos años.

Según informes de la Comisión Económica para América Latina, CEPAL (2015 a 2017), hasta la década de 1990, la principal corriente emigratoria se daba desde los países del Caribe, México y Centroamérica, hacia Estados Unidos. Esta tendencia empezó a variar en las últimas dos décadas, mostrando que la migración en América Latina y el Caribe, se ha transformado en un fenómeno intrarregional.

A partir de ese entonces, la emigración aumentó marcadamente y España ganó gran importancia como país de destino, al tiempo que otros países desarrollados de Europa Occidental y Oriental, Australia, Canadá y Japón, comenzaron a destacar en el mismo sentido.

Posteriormente, la crisis financiera de 2008 tuvo efectos significativos en las economías de los países desarrollados y produjo una reducción del flujo y el número de migrantes latinoamericanos a varios de estos países. Simultáneamente se inició una importante tendencia al retorno que, en el caso de México, se tradujo, en solo unos pocos años, en un saldo neto negativo de la migración a Estados Unidos.

Una parte de estos flujos migratorios se reorientó hacia destinos internos de la región y solo recientemente se ha recuperado la tendencia emigratoria extra regional. Otra de las particularidades de la región radica en que algunos países son receptores netos de migración, principalmente de migración intrarregional.

Diversos factores explican el incremento de la movilidad intrarregional: políticas restrictivas de ingreso y acceso a la residencia en países desarrollados, crisis económicas en Estados Unidos y Europa, así como más oportunidades laborales y marcos normativos menos restrictivos en la región.

La estimación de las Naciones Unidas para el presente quinquenio indica que la tasa de migración neta de la región Latinoamericana y del Caribe, es de -0.5, por cada 1.000 habitantes, lo que significa que prevalece la emigración. El Caribe es la región más expulsora de población, con una tasa de -2.8 cada 1.000, mientras que Centroamérica y América del Sur presentan tasas de -0.7 y -0.2, respectivamente.

En cuanto al volumen, se estima que, para el quinquenio 2015-2020, el saldo migratorio negativo será de más de 1.6 millones de personas, de los cuales 600.000 serían correspondientes al Caribe, 600.000 a Centroamérica y 450.000 a América del Sur.

El número de latinoamericanos que viven en Estados Unidos, en Europa y en países de América Latina y el Caribe, distintos de los de su nacimiento continúa siendo muy grande, como se desprende de la proporción de población emigrada de los países de la región con respecto a la población residente en ellos. Continuar leyendo […]

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