Un acuerdo que esquiva el peor escenario y mantiene las reglas del juego

Trudeau y Peña Nieto, la semana pasada en Nueva York. REUTERS

EL PAÍS | IGNACIO FARIZA / SANDRO POZZI.

Hace poco más de un mes México salvaba una bola de set con el compromiso suscrito con Estados Unidos para crear un nuevo marco comercial bilateral. Este domingo, con la incorporación al acuerdo de Canadá, ambos países salvan una bola de partido. Su dependencia de la primera potencia mundial es indiscutible, tanto en el plano puramente exportador -casi ocho de cada 10 dólares que les llegan por esta vía proceden de ventas a EE UU- como en el inversor -en el caso mexicano, más del 40% de los flujos entrantes son estadounidenses-. Cesiones mediante, tanto México como Canadá logran así un objetivo que parecía lejano, cuando no quimérico, hace no tantos meses: mantener, en lo sustancial, el paraguas legal que regula las relaciones económicas entre los tres países. Estas son las principales claves del nuevo acuerdo:

Industria automotriz: cede México. Era la joya a preservar para las autoridades mexicanas. La entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) en 1994 convirtió al país latinoamericano en una potente plataforma manufacturera y atrajo a las multinacionales del sector, que vieron en él la puerta de entrada perfecta para el mayor mercado mundial: EE UU. Los salarios bajos -hasta seis veces menos que al norte del río Bravo, según los cálculos del servicio de estudios de BBVA-, son y siguen siendo el combustible perfecto para este esquema, que ha disparado el déficit comercial estadounidense con México. Para tratar de acotarlo, la Administración Trump introduce en el nuevo pacto una regla de origen -el porcentaje mínimo de componentes que monta cada coche que tiene que venir de cualquiera de los tres países- más alta: pasa del 62,5% al 75%. Este cambio elevará los costes de producción de las ensambladoras y obligará a ajustes en la cadena productiva, ya que casi la mitad de los turismos que fabrica México no cumple con el nuevo umbral. “Puede presentar un reto para las empresas”, ha reconocido este lunes el próximo canciller mexicano, Marcelo Ebrard. “Va a ser complejo aumentar el contenido regional porque Norteamérica va a tener que seguir comprando insumos asiáticos”, complementa José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC). Continuar leyendo […]

Se permite el uso, distribución y difusión del contenido publicado en IDIC.mx toda vez que se cite la fuente, se vincule al artículo en nuestro sitio web y se mantenga la intención del contenido. En caso de que no sea de autoría del IDIC A.C. se deberá consultar con el autor original.