Superan al País en clase media

El Sur de Acapulco (EFE)

Reforma | Ulises Díaz.

En México hay menos población de clase media que en otros países de la región latinoamericana, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Con datos de 2017, dicha institución calcula que en el país alrededor de 25 por ciento de la población vive con 10 a 50 dólares per cápita al día, rango en el que ubica a la clase media.

Dentro del grupo de países latinoamericanos para el cual existe este dato actualizado, la proporción mexicana es la cuarta más baja, sólo por encima de República Dominicana, El Salvador y Guatemala.

Sin embargo, está lejos de estar entre los países con mayor población de clase media, debido a que en Argentina este porcentaje es de 65.94 por ciento, en Uruguay de 63.32 o Paraguay, con 49.22 por ciento.

La institución también documenta que en el país hay uno de los mayores índices de pobreza, entendida como el porcentaje de la población que vive con un ingreso de menos de 5 dólares por día, con una tasa de 29.2 por ciento.

En esta escala, México ocupa el quinto sitio con mayor habitantes en esta condición, sólo por debajo de Guatemala (54.7 por ciento), República Dominicana (41.6), El Salvador (34.7) y Colombia (29.8).

En contraste, las naciones con menor porcentaje son Uruguay, con 6.3 por ciento, y Argentina, 5.6 por ciento.

“De los 53 millones que son la población mexicana económicamente activa, sólo menos del 1 por ciento de ese grupo gana más de 10 salarios mínimos, lo cual permite entender que si bien México tiene mucha población y es económicamente activa, la gran mayoría tiene un ingreso escaso”, explicó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).

Esto se explica por varios factores, que van desde que una gran parte se emplea en comercio informal, una gran cantidad de pequeñas y medianas empresas cuyo crecimiento está limitado y un mercado laboral atomizado y precarizado.

La consecuencia de esto es que para el país hay una gran inequidad así como una debilidad del mercado interno que lleva a poco consumo interno que no alienta el crecimiento económico.

“Si no hay un buen ingreso, los elementos de seguridad social que requiere un país se van minando, así que el hecho que muy pocas personas puedan tener un ingreso adecuado que genere bienestar va a tener un reflejo en ciertos elementos de inestabilidad social. Al final del día, una población en condición de precariedad empuja a la precariedad social y mina la construcción estatal”, precisó.

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