¿Cómo navegar la incertidumbre económica?

Por: Mauricio Millán C. | Publicado en El Universal.

La amenaza de un conflicto comercial entre Estados Unidos y varios de sus socios comerciales, incluyendo a México y Canadá, se ha materializado en la imposición de aranceles a productos de manera bilateral.

La Universidad de Groningen en Países Bajos, calculó la semana pasada que el costo en el PIB de una posible guerra comercial con EU –con un arancel general de 30%– afectaría a México en una reducción de entre 0.2% y 0.4% del producto. Si bien esta reducción se pensaría moderada, es urgente generar una agenda de acción conjunta entre sectores productivos y el nuevo gobierno para recalibrar la estrategia a seguir ante el escenario futuro del país.

El ambiente de incertidumbre internacional ha comenzado a impactar a la economía mexicana por varios frentes. Diversos sectores productivos con vinculación con el sector externo han comenzado a posicionar su preocupación por la reorientación del comercio internacional durante el último año.

La combinación de factores como la depreciación del peso –y casi todas las divisas de economías emergentes–, el aumento del precio del petróleo y su impacto en el precio de los energéticos, el aplazamiento de la renegociación del TLCAN y la incertidumbre que de la recta final del proceso electoral han significado un escenario económico complicado en el primer semestre de 2018.

Asimismo, el fortalecimiento del dólar ha resultado en una depreciación del peso de 12.4% únicamente en los últimos dos meses. Este debilitamiento cambiario aunado al aumento en el precio del petróleo ha generado una presión inflacionaria creciente, aunque transitoria, en México.

Bajo este escenario, el Banco de México incrementó 25 puntos base la tasa de referencia para llevarla a 7.75%, la más alta en casi 10 años. Si bien esta decisión es reflejo de la autonomía del banco central, este incremento generará presiones en la deuda ya contraída por los agentes económicos y reducirá el ritmo global de crecimiento de la economía mexicana.

Entre los sectores que han alzado la voz se encuentran el de la construcción que, apenas la semana pasada, anunció que el arancel al acero por parte de Estados Unidos podría incrementar hasta en 13% el precio de la vivienda durante 2018.

Por otra parte, el sector automotriz espera la conclusión en Estados Unidos sobre si las exportaciones de automóviles y autopartes mexicanas vulneran su seguridad nacional. De concluir que así es, se impondrán aranceles de hasta 20% a los automóviles de México, aunque esto tardaría aproximadamente entre nueve y 12 meses para su aplicación.

En la misma situación se encuentra la industria de envases metálicos cuya exposición al arancel aplicado en placas de aluminio es elevado debido a que la importación proveniente de EU ronda entre 30% y 50% del total de las importaciones para algunos productos.

Por otra parte, los reacomodos en las estrategias comerciales también dejan huecos de mercado que pueden ser utilizados. En el caso de la producción de quesos nacionales, la imposición de aranceles a las importaciones de quesos norteamericanos, se perfila como una oportunidad para incrementar su participación en el mercado nacional. Adicionalmente, el sector agroalimentario ha aprovechado las nuevas oportunidades comerciales al incrementar sus estándares de calidad para penetrar en el mercado europeo.

Los sectores económicos afectados por la nueva estrategia comercial de Estados Unidos, entre los que se suman la construcción, el automotriz, de envases metálicos, de manufacturas eléctricas, entre otros, requieren elaborar una agenda que impulse su competitividad para la diversificación de destinos comerciales aprovechando los tratados de libre comercio negociados en este año con la Unión Europea y el CPTPP.

Asimismo, será necesario un trabajo conjunto entre las cámaras y asociaciones representantes de estos sectores y el equipo de transición, para la elaboración de planes de trabajo sectoriales que impulsen la competitividad de los sectores internacionalmente y con una lógica de desarrollo regional interno.

Ante este escenario son necesarias acciones firmes en el sector externo, en particular para no supeditar la presión de la guerra comercial a TLCAN no ventajoso para México.

Sin embargo, a nivel interno también hay mucho en donde poner énfasis, por ejemplo, implantar políticas fiscales e incentivos para la innovación como medidas inmediatas, el incremento en la productividad de las empresas, el aumento responsable en la inversión pública, el incremento de las políticas de competencia en el país y la adecuación de la educación a las necesidades empresariales actuales son pilares fundamentales para replantear la dinámica económica mexicana en corto y mediano plazo. Fuente […]

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