Las cosas por sí solas…

Horacio Cárdenas Zardoni | Diario de Coahuila.

Interesante, no hay duda, la apreciación que hace José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico en el sentido de que las reformas estructurales que se planteó el régimen de Enrique Peña Nieto sobreestimaron su potencial político, económico y social.

En concreto, el equipo que todavía en el período previo a la asunción al poder estimó que con una legislación moderna, permisiva, digamos que a modo de los inversionistas nacionales y extranjeros, sería suficiente para que llegaran recursos frescos a los distintos ámbitos y sectores que se estaban abriendo, y con la novedad de que… las inversiones no llegaron, como lo comenta De la Cruz, ni en los montos ni en los tiempos previstos.

De veras que hay que ser comodino, por llamarlo de alguna manera, para pensar que con las puras maniobras políticas basta para hacer que la maquinaria de un país tan complicado, tan variado como México, donde como dice el antiguo manual de política de El Tlacuache Garizurieta, el que no es enemigo es traidor.

Ponga que llegaran con todo el ímpetu de la juventud, con un triunfo arrollador, con las mejores cartas credenciales de títulos universitarios, algunos de ellos pagados con becas del CONACyT, o sea pagados con dinero del pueblo de México, pero nada de eso les sirvió para aprender en cabeza ajena.

En concreto nos vienen a la mente dos lecciones, una de Carlos Salinas de Gortari, quien habiendo ofrecido desde su toma de posesión hacer política, mucha política, mucha política moderna, se quedó en el puro montaje de la tramoya, que pasadas tres semanas de que dejó el poder, se vino estrepitosamente abajo con los tristemente célebres errores de diciembre. Continuar leyendo […]

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