México, sin margen para enfrentar efectos; IVA general, posible vía

La Jornada | Juan Carlos Miranda.

México no tiene margen fiscal para enfrentar los efectos de la reforma tributaria de Estados Unidos y bajar, como fue aprobado en aquel país, la tasa del impuesto sobre la renta (ISR) del nivel actual de 30 a 20 por ciento, pues ello representaría perder alrededor de 2 por ciento del producto interno bruto (PIB) en recaudación e incrementaría la deuda en la misma proporción, sostuvo el director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), Luis Foncerrada Pascal.

«Si se redujeran los ingresos del gobierno por impuestos tendríamos que tener un déficit, eso quiere decir más deuda y ya no la podemos tener; estamos en el límite, de hecho ya rebasamos el límite, estar por arriba de 50 por ciento como proporción del PIB no es algo que México pueda soportar», señaló.

Foncerrada consideró que la reforma puede ser positiva para Estados Unidos si el beneficio, que es «desproporcionadamente positivo para los más ricos», se traduce en inversión productiva, porque eso generaría actividad económica, empleo, bienestar, mejor distribución del ingreso y mejores salarios.

Una mayor actividad económica en Estados Unidos podría elevar la demanda de productos mexicanos, dado que aquel país es el principal destino de las manufacturas nacionales.

«Pero si eso no sucede y en cambio estos grupos de mayores ingresos utilizan el dinero para comprarse más acciones de ellas mismas, para reducir deudas y no para invertir, entonces el efecto va a ser muy negativo, porque sólo va a empeorar la distribución del ingreso en Estados Unidos», advirtió el especialista.

El director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), José Luis de la Cruz Gallegos, consideró que la reforma fiscal aprobada este sábado por el Senado de Estados Unidos «atenta contra la seguridad nacional de México», en el sentido de que desvía los incentivos a invertir en nuestro país y busca llevarlos hacia allá.

Destacó, en entrevista, que la nueva legislación no sólo le afecta al país en la disminución del impuesto corporativo, sino también por todas las facilidades que da a la inversión productiva y por los castigos que genera al no llevar a Estados Unidos las utilidades que tienen algunas empresas estadunidenses en el extranjero.

«Fue una estrategia de zanahoria y garrote: hay incentivos atractivos para invertir en Estados Unidos y ciertos castigos o costos por no hacerlo», detalló el especialista.

Consideró que lo anterior obliga a México a hacer una revisión a fondo de su política fiscal para tratar de favorecer también la inversión en el país. Continuar leyendo […]

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