Mugabe se va. Su sistema se queda. ¿Cuánto tiempo?

El Financiero

Mauricio de María y Campos | Opinión El Financiero.

Tuve la oportunidad de saludar a Robert Mugabe tres veces: la primera cuando solicitaba asistencia industrial de la ONUDI a inicios de los 90s y yo la encabezaba en Viena; la segunda cuando acudió a Durban, Sudáfrica, en 2002 a la inauguración de la Unión Africana, junto con otros 50 jefes de estado y yo era embajador en Sudáfrica; la tercera cuando viajé a Harare en 2004 a presentarle credenciales como embajador concurrente de México desde Pretoria. Después solo lo vi en los periódicos y en TV en una trayectoria declinante -hasta el reciente golpe político militar de hace dos semanas que lo sacó finalmente de la presidencia, pero deja intacto su sistema.

Momentos diferentes de un líder africano, quien logró con persistencia y habilidad política la soberanía de la antigua Rodesia de Gran Bretaña el 18 de abril de 1980- un nacimiento tardío en plena década perdida africana (y latinoamericana) – y realizó avances en un difícil proceso de despegue y reconstrucción nacional a partir de una sociedad muy dividida ; pero que pronto emprendió una lucha voluntarista, autoritaria y errática frente a la pequeña población blanca agropecuaria y minera dominante, que condujo a una crisis interna creciente en lo político, económico y social y a un enfrentamiento permanente con Europa y los EU.

¿Cómo sobrevivió 37 años como presidente autoritario a pesar de sus graves crisis internas y externas y sus poderosos adversario occidentales? Un caso que requiere un estudio detallado de historiadores, analistas políticos y psicoanalistas sociales. Al que le interese el tema le recomiendo el libro Becoming Zimbabwe (B. Raftopoulos y A, Mlambo Eds. Jacana Press 2008).

El mayor reto que enfrentó el gobierno de Mugabe tras la independencia fue sin duda el de la construcción nacional en una sociedad profundamente dividida en términos raciales, de clase, etnia, geografía y economía. La población blanca terrateniente, minera y financiera privilegiada solo representaba un 4% del total (frente a un 12% en Sudáfrica). El nuevo gobierno tenía que reconstruir al país tras una larga guerra de independencia, recapitalizar la economía, fortalecer el estado, combatir las enormes desigualdades, africanizar el servicio civil y empoderar a los negros, que tenían-y siguen teniendo- grandes aspiraciones de obtención de tierras rurales y urbanas en un país muy rico en recursos naturales. Continuar leyendo […]

 

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