La Jornada | Susana González.
Ciudad de México. Como consecuencia de los daños provocados por los sismos en los estados del centro y sur del país, el presupuesto federal para 2018 debe modificarse con el fin de reasignar recursos e incrementar la inversión en infraestructura, sobre todo escolar, hospitalaria y en comunicaciones, consideró José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo y el Crecimiento Económico (IDIC).
El especialista advirtió que también es previsible que el producto interno bruto (PIB) del país crezca menos de los proyectado para este año. Quizá únicamente llega al 2 por ciento, cifra que equivale al pronóstico económico que autoridades y grupos financieros hicieron originalmente desde finales de 2016 y principios de 2017 pero que poco a poco fueron ajustando a la alza hasta calcular que la economía nacional crecería entre 2.3 y 3 por ciento, hasta antes de que ocurrieran los sismos del 7 y 19 de septiembre.
Todavía hay tiempo, dijo el especialista, para hacer cambios al paquete económico enviado por el Ejecutivo Federal al Congreso de la Unión a principios de este mes. El plazo con el que cuentan los legisladores para aprobar la Ley de Ingresos es hasta mediados de octubre y en el caso del presupuest cuentan hasta la primera quincena de noviembre.
Incluso aseguró que modificar el paquete económico del próximo año no tiene por qué implicar necesariamente mayor deuda pública ni que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto no cumpla con su objetivo de reducir el déficit fiscal, aunque quizá ya no “en un nivel tan ambicioso”. Todo depende del manejo que se haga de los recursos públicos, pero también implicará una mayor reducción del gasto corriente. Las decisiones o esquemas que se tomen al respecto determinarán también que no se pierdan los años ganados en el abatimiento a la pobreza y la creación de empleos formales, advirtió el director del IDIC.
“Se tendrá que aprobar un presupuesto mayor al que originalmente envió el Ejecutivo al Legislativo porque se deberán construir viviendas y nuevas obras de infraestructura en varios estados, sobre todo en la parte rural pero también en la capital del país. El presupuesto tendrá que reconfigurarse, hacerse una reingeniería para afrontar la nueva situación y la prioridad debe ser incrementar la inversión o gasto en infraestructura para reconstruir las zonas afectadas”, señaló
Consideró que si lo anterior se complementa con medidas para promover el empleo y la fabricación y consumo de productos nacionales, contribuirá a que la afectación económica no sea mayor. También dijo que se debe lanzar un programa de incentivos fiscales para el sector privado para que las empresas afectadas por los sismos puedan recuperarse.
El especialista acotó que todavía es muy temprano para poder cuantificar económicamente la totalidad de los daños, además de la dificultad que implica hacerlo porque involucra varios factores que van desde las pérdidas y daños materiales en infraestructura gubernamental de todo tipo como vías de comunicación, escuelas, hospitales, mercados o edificios de diversas dependencias hasta viviendas particulares, empresas o fábricas así como la suspensión de obras y actividades en diferentes sectores productivos por uno o varios días que, en algunos casos, todavía no se determinan.
José Luis de la Cruz hizo notar que los sismos afectaron a estados con menor desarrollo económico y gran porcentaje de población en pobreza, pero aún cuando las zonas Norte y El Bajío continúan con normalidad con sus actividades económicas, su crecimiento no bastará para alcanzar el pronóstico de crecimiento del PIB de más del 2 por ciento.Menos aún porque en meses recientes también han mostrado signos de desaceleración en industrias que son motor de sus economías y del país como son la manufactura y la construcción. Fuente […]
