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Sería deseable que la ronda de negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) establezca metas de corto plazo, para distender las diferencias comerciales entre Canadá, México y Estados Unidos; y otro de largo plazo orientado a sentar las bases de una nueva asociación económica capaz de enfrentar los nuevos desafíos globales, según el análisis Nuevo TLCAN: ¿hacia el marco legal de Estados Unidos?
“La región de América del Norte cometió el error de considerar que la mejor política industrial es la que no existe; ahora la región enfrenta un decrecimiento en ritmo de empleo e inversión, algo que va más allá del marco de renegociación comercial que iniciará esta semana; al que se suman las presiones de los tiempos políticos en la agenda de México y Estados Unidos”, detalló José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Uno de los principales problemas son las posturas defensivas de los socios comerciales del TLCAN, lo que frenaría e incluso detendría la posibilidad de generar un nuevo pacto orientado a fortalecer el liderazgo económico de la región, perdiendo la posibilidad de reducir su dependencia respecto a los insumos intermedios y bienes de capital que se producen en el Pacífico Asiático y que han provocado la ruptura de las cadenas productivas de los tres países involucrados. Continuar leyendo […]