El Universal | Por: José Luis de la Cruz.
La aprobación de la iniciativa de ley de ingresos avanzó en la Cámara de Diputados. Poco análisis se hizo sobre los fundamentos macroeconómicos de la propuesta del Poder Ejecutivo. Como en otros años se confió en el escenario de crecimiento planteado. El problema es que en los últimos tres años ha fallado; de manera sistemática se han debido realizar correcciones a la baja.
Para 2017 toda la planeación de ingresos se hizo estimando que el PIB crecerá 2.5%, sin embargo hay focos rojos que deben atenderse. El primero de ellos viene desde Estados Unidos. El gobierno mexicano considera que la actividad industrial norteamericana se elevará 2%, una cifra que podría ser inalcanzable.
Sin el impulso de la manufactura norteamericana México no puede acelerar su desempeño productivo, las exportaciones nacionales dependen del funcionamiento de su principal socio comercial. La depreciación del peso no es factor de incremento en las exportaciones.
Por eso es delicado que no se haya revisado a la baja el supuesto del PIB de Estados Unidos para 2017, se confía en que se elevará 2.2%, sí no ocurre el marco macroeconómico se verá afectado y con ello mermarán los recursos disponibles para el gobierno. Los diputados no se enteraron que la Reserva Federal norteamericana ya disminuyó su prospectiva de crecimiento.
Un segundo aspecto a revisar es el mecanismo de ajuste al que han recurrido los legisladores mexicanos, nuevamente utilizan el tipo de cambio y la plataforma petrolera para incrementar la expectativa de ingresos. No hay propuestas de fondo para transformar la administración de las finanzas públicas federales. Continuar leyendo […]