Cd. de México, México (13 abril 2016).- Entre 2010 y 2015, México pagó a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) por lo menos 20 millones de euros en cuotas y aportaciones, sin tener mecanismos de evaluación para saber qué tanta relevancia hay en pertenecer a la institución.
El País adquirió la membresía de este organismo en 1994 y esa institución abrió una oficina de representación en 1996 localmente, desde entonces recibe recomendaciones para formular políticas públicas, que van desde presupuestarias hasta salud y desarrollo urbano.
(…) «México debe buscar sus propias políticas que propicien mejor desarrollo, los países tienen que adecuar las recomendaciones y modelos genéricos que se plantean a nivel global pero a partir de ellos se tienen que aterrizar a las necesidades locales «Así que las recomendaciones de la OCDE tienen que ser evaluadas para ver cuáles son pertinentes pero adaptadas», señaló José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).