Calzado: Identidad Y Desarrollo | Política Industrial de tercera generación

#Opinión por Ysmael López García, presidente de CICEG

Mucho se ha comentado de las reformas estructurales y sobretodo de su impacto en el desarrollo de nuestro país. Sin embargo para que podamos tener el crecimiento necesario para mejorar la calidad de vida de los mexicanos, debemos desarrollar una política industrial que potencie la generación  de riqueza y transforme las estructuras productivas, educativas y de gestión pública.

Estos señalamientos están sustentados en un estudio que fue elaborado por el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), el cual considera acertado que el proceso de transformación de México continúe con la iniciativa de Ley para Impulsar el Incremento Sostenido de la Productividad y la Competitividad de la Economía Nacional; lo que representa una oportunidad para implementar una política de fomento industrial de tercera generación que en otros países ha sido la clave para el fortalecimiento de su economía interna y la mejora de su competitividad internacional.

Me permito por su importancia, compartirles en este espacio un resumen del estudio elaborado por el IDIC, en el cual se analizó la experiencia alemana y coreana en materia de desarrollo industrial; misma que puede ser contextualizada a nuestro país para generar propuestas que sean viables a fin de poder implementarlas.

Los alemanes y los coreanos lograron salir adelante en la crisis económica mundial del 2008-2009 gracias al dinamismo de su industria nacional, ya que tienen claro que su crecimiento económico y la generación de empleo dependen de lo “hecho en su propio país”. Se han preocupado por fortalecer a sus empresas nacionales, razón por la cual aplicaron políticas de fomento económico a su sector industrial.

Su éxito económico depende del fomento a la empresa privada nacional y su interacción positiva con la estrategia de política económica del sector público. Parte de la estrategia de los gobiernos ha sido el fortalecimiento de su capacidad industrial y de su mercado interno.

Otro aspecto a destacar es que apoyados en el conocimiento y la innovación, los productores de estas naciones crean productos y procesos que tienen éxito económico; para ello en una primera etapa existieron políticas de apoyo fiscal y monetario a la industria. Actualmente se continúa dicho proceso bajo la creación e incentivos más complejos para favorecer el desarrollo de sus empresas industriales, se desarrollan zonas de crecimiento económico, programas de infraestructura adecuados que permitan facilitar la logística y movilidad, sistemas modernos y eficientes de telecomunicaciones, sistemas de financiamiento público y privado, sistemas de incubadoras de pequeñas y medianas empresas de alta tecnología para que se integren a las cadenas de valor.

Para lograrlo se cuenta con una interacción del sector público, privado y académico debidamente sistematizada. En el caso de Alemania, el sistema de educación dual les ha permitido a los estudiantes y trabajadores que cuenten con las capacidades necesarias para desempeñar sus funciones eficazmente. Además se garantiza la transferencia de la innovación hacia todas las empresas mediante instituciones de investigación.

En lo que respecta a Corea se busca aumentar la presencia de las Pymes pero con alto valor agregado, y el financiamiento e incentivos son para empresarios que crean nuevos productos tecnológicos.

Amigas y amigos empresarios, ante este análisis realizado por el IDIC sobre dos importantes economías internacionales como son la alemana y la coreana, podemos observar que en el proceso de desarrollo que han tenido, la vinculación con la academia y la construcción de un mismo objetivo entre el sector público y el privado han sido fundamentales.

Ser competitivos en un mercado globalizado, requiere de una visión de largo plazo que permita el crecimiento de la industria nacional, desarrollando sus capacidades productivas, lo que da como resultado una mayor generación de empleo y el fortalecimiento de la educación y capacitación de los trabajadores; y sobre todo una mejor calidad de vida para ellos.

Desde la industria del calzado mexicano, visualizamos que vamos por el camino correcto, gracias a la relación que hemos logrado establecer con el gobierno y al establecimiento de proyectos y programas que buscan impulsar nuestro sector productivo. Pero es necesario que se impulse más este desarrollo con la participación decidida y comprometida de los empresarios mexicanos, sólo así tendremos el progreso que anhelamos todos.

NOTA: Artículo publicado en el Periódico AM.

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